Un duende le dijo al otro: "mi corazón idiota, siempre brillará" y a continuación, el segundo le respondió: " y yo te amaré por siempre".En el mundo de los duendes todo es posible. El viento suena a cascabel y las palabras van siempre acompañadas de una melodía. No existen ni el frío ni el calor, ni los prejuicios, ni la ignorancia. Las guerras son de almohadas y las enfermedades se curan con besos.
De vez en cuando, se dan una vuelta por el contaminado mundo de los humanos para jugarnos una broma y reírse de nuestra ridícula facilidad para enojarnos, como cuando nos esconden las llaves...

