lunes, 25 de junio de 2012

PEQUEÑA, TE DIGO PEQUEÑA...

Y entró sin pedir permiso. Difusos momentos guardados en un festín de colores brillantes, risas y murmullos de mi mundo sobredimensionado. Y es que reír era tan fácil. Éramos todos canción y poema. Abrazos y rondas. Pero hoy callaron sus voces y escondieron sus brazos. Mi mundo es diferente, las sonrisas cuestan más.